viernes, 17 de febrero de 2012

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Si quieres subimos a casa y cambiamos el mundo. Quiero que hagamos planes, que deshagamos los antiguos y que encuentres todos los que cosí a tu espalda para que no me olvidases.
¿Tienes algo que hacer en los próximos 100 años? Porque te voy a llevar la agenda. Los días impares te los dejo libres, para que te de tiempo a echarme de menos y yo no pueda echarte de más. Los domingos cenaremos a las 11 de la mañana y dedicaremos el día a inventar nuevas formas de querernos, que la de amarnos eternamente la tenemos muy gastada. Me harás alunizar a la hora de la siesta, te haré despertar a las 9 de la noche, únicamente para abrazarte tan fuerte que te sangre el corazón. Siempre pensé que quien se quiere los domingos es para siempre. Qué, ¿Te apetece? Porque no te preocupes, que a esta vida invito yo.

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